Hoy estamos de «invierño». Pensando en esquiar en Candanchú, o en mantitas…Invierno, viajes: ¡exacto! Sinónimo de mercados de Navidad. Desde la versatilidad que nos caracteriza, motivada en parte por el tiempo meteorológico, regresamos a Madrid. Allá vamos: recomendaciones para no salir de Spain y aprovechar el puente de diciembre como se merece.
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El mercado de Navidad de Madrid es uno de los mejores montajes de esta especial época del año que he visto en mi cuarto de siglo recién cumplido. Tuve la suerte de visitarlo el año pasado. El viaje fue Barcelona-Madrid. Y viceversa. En blablacar.
Fue un puente de diciembre muy bien aprovechado, que os tendré que resumir. Dejando a un lado la belleza que imprimían las luces navideñas -las justas, he de celebrar- a los monumentos majestuosos, el Paseo del Prado…me gustaría centrarme en los barrios y mercados, como por ejemplo, el de Lavapiés y el de San Miguel, respectivamente.
Mercado Navidad en Lavapiés
Madrid es el lugar donde mejor tiran las cañas. Después de una visita por el mercado de San Miguel, lleno de dulces, tapeo, olores y toda una policromía para los sentidos que era de pecado, nos paramos en Fuencarral a tomar unas cervecitas. Así fue el primer contacto. Si el ambiente era perfecto, tanto por la temperatura como por las ganas de este viaje, el remate fue visitar el barrio de Lavapiés. Me enamoré por enésima vez de sus vecinos, sus tapas y sus precios, su vermut, su aire de pueblo, como a mí me gusta.
De calamares, chocolaterías y demás
El resto de días fue así. Retened dos palabras en vuestra mente: San Ginés y El Brillante. «No irse de Madrid sin probar su bocata de calamares, ¡no irse!». Personalmente, lo prefiero con mayonesa. Y el chocolate, sin colas. Pero, lo bueno, se hace esperar. El rato que pasamos en El Retiro fue también delicioso. Cierto es que la compañía era inmejorable, pero la capital española, que me había pateado relativamente poco, me llenó de energía y good vibs para el año que empezaba. Claro que regresé, y regresaré. Otro día os hablaremos de otro de mis mercados navideños preferidos: el de Barcelona.
Fotografías: Marta