En nuestra sección curiosa nos encanta echar la vista atrás para comprender el presente. Únicamente así se aprecia la riqueza de las migraciones en ambos sentidos, la esencia del compartir rincones. Los que se marcharon a otro país, en este caso los emigrantes cántabros, lo vuelven a hacer pero, tal vez, por motivos diferentes. ¿Usarían los indianos el servicio Kolmee? Seguro que, de haber existido, sí. Aquí va: los cántabros, emigrantes por naturaleza.
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Cantabria, una pequeña provincia española para muchos desconocida, nos aporta multitud de señales en sus construcciones, gastronomía y modos de vida de una importante influencia por parte de sus emigrantes más famosos, los indianos. Los indianos eran aquellos emigrantes que viajaron a América en el siglo XIX y comienzos del XX. En Cantabria por aquellos tiempos solamente se podía vivir de la pesca y de la ganadería, el turismo no existía y la revolución industrial tardaría muchos más años en llegar a las tierras del norte de España.
Santander era puerto de salida de muchos barcos hacia América y fueron muchos los cántabros que decidieron probar suerte en el nuevo continente. Al llegar a América (México y Cuba casi siempre) sobrevivían como mejor podían, con contactos previamente acordados, en trabajos duros…
Quienes deseamos destacar en este artículo son aquellos que, seguramente con enorme esfuerzo y dedicación, lograron amasar verdaderas fortunas y, más tarde, volvieron a Cantabria donde compraban títulos de nobleza para conseguir prestigio y también antiguas casonas o construían palacios nuevos con el clásico estilo colonial, consiguiendo la denominación de “casas de indianos”. Muchos de estos nuevos millonarios ayudaron en la construcción de escuelas en sus pueblos natales, iglesias, ayuntamientos, asilos e incluso hospitales. En el lado contrario, la mayoría de quienes hicieron las américas encontraron allí más miseria de la que dejaron o bien quienes amasaron riqueza de formas muy cuestionables como la trata con esclavos, como uno de los marqueses de Comillas, cuñado de otro indiano que encargó a Antonio Gaudí la construcción de El Capricho de Gaudí.
En cada pueblo cántabro está la marca del indiano. Destacaremos por su belleza las casonas de indianos como las de Suances, Santoña o Castro Urdiales.
(Fotografía 1. Caprichos de Gaudí
Fotografía 2. Suances)