marta 
Los humanos nos estamos volviendo caprichosos. Si ya lo éramos en tierra firme, ahora nuestra ambición llega hasta las nubes. Le hemos pillado el gusto a eso de desafiar al tiempo y aplicamos la regla de las tres ‘bes’ a todo: Bueno, Bonito y Barato. Un ejemplo de esta costumbre son nuestros viajes, concretamente, los de avión.
“Tengo el tiempo y el dinero necesarios en este momento y quiero conseguir un vuelo con estas condiciones AHORA”. Los deseos siempre son órdenes para la tecnología. Los aviones han perdido unos kilos para este fin, los empresarios se han estrujado el cerebro para encontrar la mejor solución que aúne calidad y precio, los pilotos compiten por conseguir el mejor tiempo de llegada a destino… Además, tras la revolución de los vuelos low cost, nos hemos beneficiado del práctico servicio que ofrecen los directorios, ya que este se ha ampliado. Por ejemplo, una óptima solución para comenzar a preparar nuestro viaje es recurrir a la oferta de vuelos baratos en el comparador de www.vuelo24.es. Ya sean viajes nacionales, por Europa o más allá, solucionamos nuestra necesidad con un clic, que es a lo que se reduce cualquier tarea, actualmente. El hecho de que, con solamente apretar un botón, podamos recopilar información de más de 750 aerolíneas, obteniendo finalmente las mejores ofertas de vuelos regulares y low cost, y teniendo todo zanjado para nuestra ruta en cuanto a transporte se refiere, no deja de ser sorprendente. Otras aplicaciones como las llamadas que cuentan de nacional a nacional a pesar de recibirse fuera de nuestras fronteras, con servicios como el teléfono virtual Kolmee, o la aplicación que permite saber todo acerca de los aviones que ahora mismo están en el aire (ruta, compañía, cantidad de pasajeros, hora de llegada al destino…), llamada Flightradar24, también deberían dejarnos con la boca abierta.
Quizá ahora ya no. Pero, desde luego, si hace unos años nos hubieran hablado de la posibilidad de viajar en avión a coste cero, probablemente nos hubiéramos echado las manos a la cabeza. Sin ir más lejos, cuando la semana pasada se planteó la posibilidad de que un hombre pudiera llegar a batir tres récords históricos al lanzarse en caída libre desde los 39.068 metros de altura, habiendo ascendido en globo tripulado a la estratosfera, hubo mucho incrédulo. Pero, al final, superar los límites es el futuro, y, cuando esto se logra y el futuro se convierte en presente, deja de sorprender y adquiere normalidad.
(Imagen tomada esta mañana en el aeropuerto de Valencia, a punto de coger un avión a India. Autor: blog de River)
