marta 
[Hoy volamos lejos. Sri Lanka es noticia en los medios. Pero, ¿qué sabemos de esta isla?]
Laia es una periodista todoterreno. Después de pasar por una de las mejores radios a nivel estatal, está en Bruselas con una beca Leonardo, donde ha tenido la oportunidad de seguir de cerca las últimas elecciones al Parlamento Europeo. Hace siete años viajó a esta enorme isla que llamamos Sri Lanka. Solamente recuerda “sensaciones” de aquella visita. Más que suficiente. Suelta las maletas y nos la cuenta. Hay veces, algunas, que las sensaciones son lo que cuentan, ¿no?
¿Qué decir de Sri Lanka? “Recuerdo un país muy tranquilo, de bonitas playas, palmeras y agua transparente. Turístico, pero aún bastante virgen.” Esta la primera descripción que la periodista Laia nos da de la isla de Sri Lanka. Una imagen típica del lugar es la de los pescadores sobre unos palos de madera, dentro del agua.
Toda Sri Lanka está llena de templos budistas, con las típicas estatuas gigantes de piedra y banderas coloridas. Lugares donde se respiraba “mucho respeto y devoción”, y a los que se entraba descalzado, asegura Laia, que no olvida tampoco otro aspecto muy extendido: la mitología. “Recuerdo incluso haber visto algún que otro cochinillo como ofrenda religiosa”, explica la periodista. En este sentido, confirma que es típico ver por las calles y carreteras a monjes rapados vestidos de naranja. “Muy old style”, medio bromea Laia.
Desde Bruselas, Laia todavía puede recordar el aroma del té característico del “centro de la isla” y sus campos plagados de cultivos de especies. Dice que se come muy bien, en cualquier lugar. “Mucha mucha fruta; los platos comunes, arroz, curry, pollo y verduras.” También recuerda haber tomado, repetidas veces, pescado fresco.
Fauna y flora de Sri Lanka
¿Quién no conoce la famosa roca volcánica, enorme, en mitad de la nada, donde se accede gracias a unas pasarelas de madera, “con unas vistas chulísimas, pinturas y esculturas budistas, además de muchos monos de cola larga”? No podemos olvidar que el elefante es el animal por excelencia de Sri Lanka. “Es el animal nacional, vimos muchísimos”. Están por todos lados. Laia se emociona especialmente cuando menciona la “gran cantidad de flores raras” que existen en la isla. “¡Me encantan!”, apunta.
Anécdotas y lo peor del viaje
“Nos adentramos en un pueblo perdido del centro de Sri Lanka, cero turístico; nos ‘sobaron’ de pies a cabeza, con todo tipo de aceites. Hubiera estado bien si nos hubiésemos podido duchar al salir. Sin embargo, teníamos que montarnos en un 4×4 para ir a ver elefantes. La combinación de aceites, sudores y polvo fue memorable”, recuerda entre risas Laia. Dejando de lado las anécdotas, que son insuperables, la periodista que actualmente reside en Bruselas gracias a una Leonardo también reconoce dos aspectos muy negativos de la isla: el calor y el tráfico. “En la capital, hay unos atascos increíbles”. Bueno, nada ni nada es perfecto, ya se sabe. Nos morimos de ganas de conocer Sri Lanka, ¿vosotros?
